La Estrella En El Cielo


Las abuelas son sin duda una luz en el camino obscuro de una madre primeriza, son amor y toda dulzura con los nietos (en la mayoría de los casos). Ese lazo es muy fuerte e inquebrantable. Yo no conviví mucho con mi abuela materna, pero cuando estábamos juntas había una conexión muy especial como si la distancia no importara. Recuerdo estar acostabas en su cama peinándonos, probando su deliciosa comida, también recuerdo sus consejos y su risa.

Creo que estas fecha nos hacen recordar a esos seres amados que hemos perdido en el camino. Tal vez tu tengas un duelo muy reciente o una pérdida que aún sufres a pesar del tiempo transcurrido. Mi abuela falleció cuando yo tenía 14 años y lo más difícil para mi fue ver a mamá sufrir; dentro de mi, algo cambió, yo nunca había sentido la muerte de alguien tan amado y cercano. Me dolió tanto que lo negaba (a mi manera) pues no quise ir a despedirme de ella, no quería verla ahí, diferente, no como la quería recordar. 

En mi inocencia de mocosa adolescente pensé una noche, esa estrella junto a la luna es ella, mi abuela; siempre ahí iluminando mi noche, mi cielo, brillando como brillaba su sonrisa. Aún volteo buscando la luna y junto a ella esa estrella que me la recuerda. Pasaron 8 años para que yo volviera a la casa de mi abue. Cuando al fin me decidí, al llegar y ver la casa tan diferente se me hizo un nudo en la garganta, definitivamente esa casa había perdido su luz. Pero aún me quedaba la estrella, esa jamás se apagaría.

Sin duda la muerte nos marca profundamente, no importa si tu persona amada ha pasado tiempo en cama o si su muerte es repentina, duele igual, una estaca en el corazón que lastima y que aveces no te puedes quitar pero la vida sigue.

Por eso estas fechas son tan emblemáticas e importantes. El 1 y 2 de Noviembre “Día de Muertos”, recordamos en el altar de las ofrendas con todos esos simbolismos a nuestros seres amados que se han ido; y que importante ese simbolismo, depositar ese dolor en algo, como la estrella que me recuerda a mi abuelita Chonita, o el color rosa mexicano de los labios de mi abuelita Irene, la música que cantaba y escuchaba mi tía Chuy, las gorras que tanto usaba mi abuelito Ubaldo, el aroma a tabaco fresco de mi abuelo Salvador y el rico olor a café que tanto caracterizaba a mi tía Ramona.

El altar nunca se debería de desmontar del corazón y creo que una manera muy sana y respetuosa de honrar la ausencia del ser amado sería seguir viviendo, pero viviendo bien, no a medias. La tanatóloga Gaby Perez en una de sus platicas decía que a veces es bueno hacer como un juramento con esa persona y decir por ejemplo:”te prometo que todos los días trataré de estar mejor, viviré tan alegremente como me sea posible y honraré tu memoria de esta manera, pues sé que tu estarás feliz de verme sonreír”.

En la vida lo único seguro es la muerte y por más difícil que parezca, deberíamos verla como en estas fechas, como una fiesta llena de color, alegría y buen humor. Nuestra percepción de la muerte no debería ser tan negativa, si aprendiéramos a verla como ese puente a lo eterno, como esa promesa y esperanza de volver a vernos, seguramente no sería un adiós, sino un hasta luego.

Me gustaría saber ¿cómo recuerdas a tus seres queridos? ¿qué simbolismo has utilizado tu?. Gracias por leerme. ¡Hasta la próxima!

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