NIÑO VS COMIDA
Un tema que a muchos padres nos vuela la cabeza es la alimentación de nuestros hijos. Desde que nacen estamos pendientes de las onzas de leche que toma o que tanto se pegó al pecho en el día. Tal vez se nos ha enseñado que un niño que come bien o mucho es sinónimo de buena salud. Entonces, ¿cómo no pegar el grito en el cielo cuando mi hijo no lleva más que media manzana y un taco de queso en todo el día?
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Foto: Freepik.es |
ES UNA ETAPA
Dentro del desarrollo de nuestros peques hay ciertas etapas que debemos entender con naturalidad y aunque parezcan un poco confusas y en ocasiones ilógicas para nosotros, tienen su razón de ser. El primer año de crecimiento el bebé lo hace de manera rápida, por lo que se entiende que su ingesta de alimenticia sea incluso en cantidades más grandes a comparación de su pequeño cuerpo, en este caso como padres se nos dibuja una sonrisa de la cara porque nuestro bebé esta comiendo de maravilla.
Pero cerca del segundo año, ¿A dónde fue ese apetito voraz por todo lo que veía, si hasta se quería comer los juguetes ó cualquier cosa que se encontraba en su camino? Entre el primer y segundo año de edad los bebés desaceleran el ritmo de crecimiento que habían estado llevando lo que ocasiona que por ende necesite menos calorías que las que ingería con anterioridad. El niño deja de comer lo que antes porque no lo necesita.
Pero que tal, ahí estoy yo dramatizando e imaginando que enfermedad del Nilo podría tener mi Picola porque no quiere comer. Es normal que nuestro hijo deje de comer lo habitual hasta por una semana y no es que deje de comer por completo, pero sí tenderá a comer muy poco. Había ocasiones en las que mi hija hacia solo una comida al día y a veces “picaba” de vez en cuando. Esto puede variar dependiendo del niño, pero no te alarmes es una etapa y pasará rápido.
NO LO PRESIONES
El comer es una de las necesidades básicas más placenteras, por eso es de suma importancia que la veamos como tal, es decir, es una necesidad fisiológica no una obligación y tiene que ser placentera no abrumadora. Cuando obligamos a un niño a comer y su cuerpo no lo está requiriendo, la hora de la comida se convierte para el niño en un martirio. No quiero decir con esto que los desatendamos, pero sí que dejemos que su instinto de alimentarse se manifieste de manera natural.
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Foto: Freepik.es |
Al momento de que nuestros hijos no quieren comer y nosotros hacemos caso omiso a su negativa, el mensaje que se les mandamos es que su “no” parece no tener importancia frente a nosotros, desvalorizamos su poder de decisión. No respetar las decisiones de nuestros hijos en cosas tan sencillas como el decidir si estoy hambriento o no, tiene un gran impacto en la autoestima de nuestros hijos que se puede llegar a desencadenar en un trastorno de alimentación. Mientras que tu hijo este en peso y talla adecuados, todo está bien. Consulta a tu pediatra de confianza si tienes dudas al respecto.
CONSEJOS PARA QUE TUS HIJOS COMAN MEJOR...
- Creatividad en la presentación del plato. A los niños les encantan las cosas divertidas, no sería mala idea que decoraras su plato. Así todo se vera más apetitoso.
- Introduce alimentos poco a poco. Cuando nuestros hijos son remilgosos por lo general es porque no le hemos ofrecido lo suficiente ese alimento que no le gusta, por ejemplo las verduras. Puedes introducirlas poco a poco o disfrazarlas de otros sabores.
- Evita dulces y chatarra. Si tu hijo esta en la etapa del mal comer evita darle cosas chatarra o dulces entre comidas. Si tu hijo come poco es mejor que sea saludable.
- No te estreses. Si ya acudiste con tu pediatra y tu hijo esta creciendo conforme a su edad en talla y peso, no hay porque preocuparse; relájate, respira y espera el momento en el que te diga “mamá…tengo hambre.”
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