Por Un Mundo Más Inclusivo


Hace poco me topé con el corto de Ian. Básicamente en el corto se observa a un niño en un parque de juegos a lado de otros niños gozando y disfrutando del aire libre. pero vaya sorpresa que me llevé cuando el pequeño Ian se anima a salir corriendo como los demás niños y no puede ponerse en pie. Parece que su cuerpo no reacciona como él espera. Un viento fuerte lo arrastra hacia afuera del parque entre la malla que lo rodea. Al pasar del otro lado, Ian se contempla sentado en una silla de ruedas y observando con tristeza a los niños que brincan, corren y ríen en el interior del parque. ¡Puf! Si que se me hizo un nudo en la garganta y no pude evitar ponerme en su lugar.

Cuando somos niños lo que más disfrutamos es correr, saltar de un lado a otro, esconderse, agarrar la pelota, lanzarla, ir por ella; es algo que vemos con gozo en nuestros hijos tan natural y cotidiano; que lo damos por hecho. La realidad no es la misma para muchos niños allá afuera y lo que este corto quiere dejarnos claro es que esos niños, que también tiene sueños y ganas de jugar por ahí imaginando dinosaurios y dragones, merecen ser incluidos por otros niños que tengan en sus corazón la capacidad de empatía e inclusión.

Nuestros reto más grande como sociedad, en mi punto de vista, es poner en el corazón de nuestros pequeños la semilla del amor al prójimo, plantarles la empatía, implantarles el chip de que no todos tenemos las mismas capacidades y que TODOS tenemos el derecho de sentirnos incluidos por los demás de manera respetuosa y amorosa. 

¡Qué difícil se lee eso! Sobre todo en una sociedad donde muchos no respetan las rampas y espacios de estacionamiento para discapacitados. ¿De verdad es tan difícil entender que las necesidades de los demás NO pueden ir por encima de las de nosotros? Que por lo general es la prisa y la pereza de no buscar un lugar en donde si te debas estacionar.

Mamis y papis que leen esto. En nuestras manos está cambiar el mundo futuro para nuestros propios hijos, deberíamos dejar de pensar de forma egoísta y siempre, SIEMPRE ponernos en los zapatos de los demás. “Pero si el otro no se pone en mis zapatos, ¿yo porqué sí lo tengo que hacer?” Y aquí voy citar una frase trillada de mi sacrosanta madre: “si el otro se tira de un puente, ¿tu también lo vas a hacer?” No se trata de ver quien hace qué por nosotros, sino de qué estamos haciendo nosotros por los demás. Nada tiene el que nada da, pero mucha recompensa recibe el que se da por completo.

El objetivo es que la historia de Ian llegue a todos los ámbitos: clubes, escuelas, universidades, entre otros.
Foto: ritmoparana.com
Sheila Graschinsky, madre de Ian, tuvo un sueño, que existiera un mundo más inclusivo no solo para Ian, sino para muchos niños con su condición. La Fundación Ian promueve la inclusión acercando la discapacidad a los hogares y dentro de su sitio web nos brinda las herramientas para que todos podamos colaborar en crear un mundo más inclusivo. Sheila e Ian, un ejemplo y motivación para muchos de nosotros.

Amémonos y respetémonos siempre. ¡SEAMOS INCLUSIVOS!

Corto de Ian


Para mayor información sobre Fundación Ian:




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